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hecha la palabra....El abismo tenebroso del hombre se hace real, la existencia de un mundo nuestro, la no condena de un mundo animal. KWA

jueves, 2 de agosto de 2007

NUEVOS AIRES ANTE LA DESTRUCCION


“Yo soy el Alpha y la Omega, el primero y el ultimo, el principio y el fin. Bienaventurados los que lavan sus vestiduras en la sangre del cordero para tener derecho al árbol de la vida.” (Apocalipsis 3.23)

Esta afirmación de carácter hegemónico-clerista pretende hacer de la vida una posesión, una cosa, una utilidad, algo de quitar o poner. Siendo que la vida entre los hombre y la tierra como naturaleza misma, es una simbiosis donde todos como conjunto generamos organismos nuevos a través de la transformación de la materia, es un espectro que anima lo inanimado, que posibilita lo dinámico del mundo que somos; es en cierta medida inacabada, infinita, imposible e inmortal. Pues la vida solo puede afirmarse en la vida misma.

Muy por el contrario la religión y más aún el capitalismo, que es una forma de religión moderna, utilizan y manipulan el concepto de muerte como criterio que realza la vida para restablecer así un mundo supraterreno “-el mas allá, para el caso de la religión-” y para el del capitalismo, el mundo de las sensaciones inmediatistas, el de los estereotipos, el de las relaciones de tipo mercantilistas, el del mundo de la cosificación, un mundo que irónicamente es tomado como un paraíso, en el cual apelan a ideas de tipo materialista: donde mundo y vida son entes finitos y mortales, es la construcción de una metafísica religiosa revertida con un poco de tinte pagano en el sentido de que se da vía libre a deseos estériles, a ambiciones necrofilicas, a una vida plena, tranquila, sin dolor; de caminos sin fisuras, un paraíso donde todo esta dado bajo legislaciones sagradas cargadas de represión que inhiben y limitan la conducta humana disimuladas a través de estéticas que satisfacen tus ojos y tu paladar, y donde tu único credo estando allí es consumir, subvalorar lo real y lo humano. Es en sí el sometimiento del rebaño ante el señor -el general del norte- lo que les da vida plena.

Se puede ver de esta manera, que los valores fomentados por el paganismo, como son el vivir plenamente la vida del hombre sobre la tierra, la creencia en la simbología y la libre expresión de los deseos entre otros, se vieron brutalmente distorsionados por el sistema capitalista hacia una conducta anárquica sin fundamento y que a su vez fueron mezclados por estos últimos con los principios moralistas de la religión, es decir, la limitación de la conducta del hombre a través de la represión de los deseos, lo cual era concebido por el clero como pecado.

Hoy día podemos ver que el paraíso montado por el capitalismo, no deja de ser más que una parafernalia de intereses individuales, abriéndose brecha en todas las esferas tanto político, económico como cultural, atomizando así entre sus creyentes a que de manera inconsciente le rindan culto a la ignorancia, a través de la permisibilidad que se le otorga a la arrasadora destrucción de la naturaleza y de las relaciones realmente humanas en pro de construir bienes cada vez mas cómodos, el resguardo y aumento de rentas financieras en pequeños grupos.

Una vez planteado el problema, las posibles soluciones no deben interpretarse de manera anárquica: como es la cuestión de la abolición del Estado de la noche a la mañana, sino que por el contrario, aquí el fundamento al que debemos apelar es a la vida misma, como lo viene proponiendo el vitalismo cósmico quien hace una distinción entre la vida, biológica, cósmica y psicosocial

Para la primera de ella-la vida biológica-el concepto se fija a partir de los vivientes, permite un concepto de vida coherente y comprensivo de las particularidades de todos los entes vivos; y para la segunda de ellas, la vida en el cosmos es una fuerza animadora que aun no se ha descifrado, y es la que permite que a partir de la materia inerte, dadas las determinadas condiciones abióticas surja una vida individualizada finita que pugna por permanecer en el ser. En la tercera de ellas-la vida psicosocial-podemos decir que el hombre es el único ser que escapa a la soberanía de la naturaleza sin dejar de ser natural, se mueve entonces en dos campos: la naturaleza y la transnaturaleza. La transnaturaleza, está aún mas allá de la naturaleza, la asume críticamente, quiere con su mente y con su cuerpo transformar la naturaleza para su disfrute y para edificar su proyecto transnatural, como caso ferviente de ello fue la civilización.

De esta manera el vitalismo cósmico logra teorizar en estos tres pilares una nueva forma de humanismo buscando defender la naturaleza y prefigurando un individuo libre, lucido y creador a través de la autorregulación, buscando subvertir así aquellos valores fomentados por el capitalismo, es en si, el constructo de una nueva teoría que puede ser la respiración de nuevos aires ante la destrucción.

Fredy Cagua

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