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hecha la palabra....El abismo tenebroso del hombre se hace real, la existencia de un mundo nuestro, la no condena de un mundo animal. KWA

jueves, 21 de febrero de 2008

A CALZON QUITAO Y SIN PELOS EN LA LENGUA

La marcha de acompañamiento y solidaridad con las víctimas de la violencia narcoparamilitar que se hará el próximo 6 de marzo, tiene que diferenciarse de la marcha contra el secuestro y las FARC, realizada el 4 de febrero. No porque dejemos de cuestionar ese crimen de indigna humanidad que es el secuestro, así como también lo es el trato inhumano que viven los retenidos por la guerrilla. Sino porque...

REFLEXIONES DE ENTRADA

1. 1. A propósito del requerimiento que hace la justicia al Coronel Plazas por los hechos del Palacio de Justicia, ¿Cómo podrá dormir tranquilo el falso poeta Belisario Betancourt, con tantos muertos en su conciencia?, ¿Será que su conciencia es tan falsa como su vena poética?.

2. 2. En Cartagena la policía la emprendió violentamente contra cientos de familias desplazadas, hiriendo varias personas y afectando cientos de niños con gases lacrimógenos, para sacarlas a la fuerza de un predio baldío, donde meses atrás construyeron humildes ranchos, lugar de refugio en donde buscaron escapar de la persecución y la amenaza de la guerra que azota sus lugares de origen, y ante la ausencia de una verdadera justicia que les garantice mínimamente el derecho a la vivienda en un proceso digno y verdadero de reparación a las víctimas de la violencia. El boletín informativo argumentaba que estas tierras son reclamadas por un particular. No se nos haga extraño que tanta efectividad policial, muy seguramente, esté apoyando a uno de los tantos particulares que están detrás del paramilitarismo, quienes han usado este fenómeno criminal para desplazar millones de campesinos y apropiarse de sus fértiles tierras. Y, en este caso como en muchos otros que atacan la dignidad de las victimas de la violencia, ni el Presidente ni José Obdulio (el primito de Pablo Escobar) salen a decir nada; tampoco Eduardo Pizarro Presidente de la Comisión de Reparación a las Víctimas, dice nada; ni los convocantes de la marcha del 4 de febrero dicen nada; Radio Casa de Nariño (RCN), tampoco dice nada; nadie dice nada… A ver si cierto columnista de El Espectador, experto en llevar las cuentas de las acciones criminales de la guerrilla de las FARC, desconociendo los miles de torturados y desaparecidos, los millones de desplazados que deja el Sistema narcoparapolítico, las horribles masacres de los paramilitares, los actos terroristas de un ejército que mata sindicalistas, campesinos y ancianas de 55 años para hacerlas pasar como guerrilleras "dadas de baja" en enfrentamientos; los altos índices de muerte de niños en medio de la miseria (crimen de un gobierno incapaz de garantizar mínimamente el derecho a la asistencia alimentaria de su infancia); el exterminio de un sector político de izquierda que bien hubiera podido ser el camino a la anhelada paz que hoy pedimos en las dos últimas décadas del siglo pasado; a ver si él, sí dice algo…

Ahora sí, a lo que vinimos:

La marcha del 6 de marzo no busca competir, superar y mucho menos igualar la montonera, el bulto de gente que se vio el 4 de febrero en las calles. Cantidad no es sinónimo de calidad. En una sociedad sin mayores criterios políticos, donde el analfabetismo histórico impera, donde el mayor vehículo de formación de jóvenes y niños, es la industria mediática y fantasiosa de la televisión, es difícil creer que la multitud vista el 4 de febrero sea el hervor de la conciencia nacional.

"son tan folklorikos en kolombiaque el vulgo ignaro se le mide a todo,inklusive a la movida de un katre… -son como las hormiguitas que siempre llegan
donde les tiran el trocito de panela…"

Era lógico que el "señor Presidente" (AUV), y su eterno asesor de cabecera, el primo del peor criminal que ha producido la industria del narcotráfico, salieran a deslegitimar la marcha del 6 de marzo, organizada por el Comité Nacional de Víctimas de la Violencia, es lógico si ellos representan un Sistema que privilegia a los victimarios, que los invita cual si fueran héroes al Congreso Nacional, mientras acalla la voz de sus víctimas cuando piden reparación y justicia. Es lógico que ambos personajes salten a decir que esta marcha cuenta con el apoyo de la insurgencia armada. Es lógico que no le apuesten a caminar al lado de las víctimas rechazando los crímenes del narcoparamilitarismo, los narcoparapolíticos y, en muchos casos, de los aparatos policivos y militares del Estado. Claro: esta marcha no tiene el aval de Mancuso como la del 4 de febrero; por esto mismo, es claro que a la marcha no le apostarán tampoco los niños plásticos del Facebook (generación políticamente extraviada, espero que no perdida); ni le apostará FENALCO aportando miles de camisetas, ni los patrones de miles de empleados de San Victorino en Bogotá y de varias Notarías, que luego de repartir camisetas a sus empleados, dieron la orden perentoria de salir a marchar, y claro, los pobres empleados sopena de perder el empleo, obedecieron y se sumaron a la montonera. Ni los empleados del gobierno que esta vez no se sentirán coaccionados por sus jefes, ni las embajadas y consulados que esta vez harán oídos sordos, ni los reinsertados paramilitares, ni los desertores de la guerrilla porque a ellos, el Gobierno sólo les paga sueldo para las marchas promovidas bajo el aplauso de los victimarios.

Propuesta:
La marcha de acompañamiento y solidaridad con las víctimas de la violencia narcoparamilitar que se hará el próximo 6 de marzo, tiene que diferenciarse de la marcha contra el secuestro y las FARC, realizada el 4 de febrero. No porque dejemos de cuestionar ese crimen de indigna humanidad que es el secuestro, así como también lo es el trato inhumano que viven los retenidos por la guerrilla. Sino porque, en primer lugar, no deberíamos llamarlo "marcha", el solo término es militar y guerrerista. Busquémosle otro nombre al evento. Segundo, porque este evento debe convocar de manera creativa un homenaje a todos los caídos, víctimas del Sistema Narcoparacocrático que se impone actualmente en Colombia. Este evento debe convertirse en una "fiesta a la vida y a la memoria"; una toma cultural y artística de las calles y plazas del país y de los países donde los exiliados y refugiados, los gobiernos y ciudadanos solidarios con las víctimas, puedan ayudar. Que todos aquellos artistas comprometidos con la vida aporten su granito de arena para que se hagan estaciones artísticas para la vida y la memoria; mimos, actores, poetas, cuenteros, cantores populares, y demás artistas populares entonando un solo canto a la vida y a la memoria. Que la Fundación Rayuela instale en las principales vías de Bogotá, su propuesta de teatro efímero con ese escenario simbólico de ladrillos blancos, sillas y viudas vestidas de negro que permiten hacer memoria de los miles de desaparecidos y asesinados a lo largo de esta guerra. Que los artistas plásticos saquen a las esquinas y plazas performances e instalaciones que rechacen de manera creativa la impunidad; Que Patricia Ariza ponga en escena sus propuestas dramatúrgicas con mujeres; que poetas como José Luis y Federico Díaz Granados, Armando Orozco, Álvaro Miranda, Juan Manuel Roca, entre tantos otros oficiantes del arte y la palabra se convoquen en un gran escenario en la Plaza de Bolívar y principales parques de Bogotá y del País, para exorcizar la muerte; que grupos de rock, Hip Hop, Rap y demás expresiones populares cierren en la noche con un gran concierto de rechazo a la impunidad y de convocatoria a la justicia y por la vida y la memoria.

Por último, quienes salgamos el 6 de marzo, deberíamos ir con camisas o camisetas negras, significando el duelo que no ha podido elaborar la sociedad colombiana por la ausencia de procesos verdaderos de reparación y justicia; denunciando, además, el manto obscuro que se le tiende a los sectores vulnerados por la violencia, con el perdón y olvido que el gobierno da a los victimarios gracias a su mal llamada Ley de Justicia y Paz, que ni justicia, ni paz.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Compañero Fidel, ¡Hasta la victoria siempre!

Néstor Kohan

Sentimos un poquito de tristeza, ¿por qué no admitirlo? Sin embargo, como alguna vez dijo Julio Antonio Mella, todo tiempo futuro tiene que ser mejor. Las luchas más profundas, las más radicales, las más decididas, todavía no han empezado. O mejor dicho, recién comienzan.

Fidel está enfermo y renuncia. Decisión lúcida y sabia, como siempre. No huye en helicóptero, como el patético presidente argentino De la Rua, derribado por su pueblo en rebelión en diciembre del 2001. No se tiene que ir acusado de corrupción, enriquecido y millonario pero escupido por el pueblo, como tantos otros. No termina escapando en lo oscuro de la noche como los dictadores latinoamericanos, protegidos por el Pentágono y la CIA, con el traje manchado de sangre y los bolsillos llenos de dólares.

Fidel no se rinde. No se arrodilla. No implora clemencia. No se degrada ni se deteriora. Simplemente toma la decisión de renunciar por limitaciones de salud, pero conservando intacto su prestigio político, el cariño y el consenso de su pueblo y la admiración de numerosos pueblos del mundo. Sin el gigante soviético en la espalda, pero rodeado de muchos pueblos del tercer mundo que lo siguen tomando como guía. No es casual que cada nuevo revolucionario, cada nuevo rebelde o cada nuevo presidente que aspira a enfrentar al gigante monstruoso del norte, el de Washington, Virginia y Wall Street, viaja a La Habana para verlo y pedirle consejo. Fidel, ya canoso y entrado en años, es el viejo maestro de las nuevas generaciones de rebeldes.

Desde ese lugar, ganado en la lucha, aconseja, guía, opina y provoca debates incluso generando opiniones que discuten con el maestro o problematizan algunas de sus decisiones. Esa es, precisamente, la misión pedagógica de un buen revolucionario. No fabricar dócil y sumisa apologética ni repetición burocrática de fórmulas sino discusión, reflexión y elaboración colectiva. Nunca calco ni copia. Esa es una de las mejores enseñanzas de Fidel como pedagogo popular (¿Qué han sido sus largos discursos de todos estos años sino pedagogía popular?).

Si tuviéramos que sintetizar el núcleo de su pensamiento político creemos no equivocarnos si lo ubicamos en la ética. El marxismo de Fidel —como el de su entrañable hermano argentino, Ernesto Che Guevara— ha sido y es un marxismo eticista y culturalista. La clave de la historia humana no está en el desarrollo de las fuerzas productivas sino en los valores y la cultura. En todo caso, las principales fuerzas productivas de la historia han sido las fuerzas morales. La Revolución Cubana no se derrumbó, aún sin comida, dinero ni petróleo, debido a los valores, la ética y la cultura.

La “batalla de las ideas” con la que insiste Fidel es otro nombre para lo que Antonio Gramsci ha denominado la lucha por la hegemonía. Todo el pensamiento político de Fidel, su práctica revolucionaria al frente de Cuba durante tanto tiempo, sus discursos y sus escritos, han sido una prolongada y larga marcha por la hegemonía socialista. En esa batalla de las ideas y los valores, la ética ha jugado un papel fundamental. Ya de jovencito, muchos años antes de iniciar la guerra revolucionaria en Cuba, el joven Fidel lo había resumido con una sentencia fenomenal: “el verdadero ser humano no pregunta de qué lado se vive mejor sino de qué lado está el deber”.

Ese es, a nuestro juicio, el núcleo de fuego que ha recorrido como un hilo rojo todo el pensamiento de Fidel a lo largo de décadas, de coyuntura en coyuntura, desde los tiempos de la clandestinidad y la guerrilla hasta los tiempos de estadista, desde la época encendida de la OLAS hasta la alianza coyuntural con la Unión Soviética, desde las guerras de liberación en África y Vietnam hasta la escasez material del período especial.

El deber. No el cálculo mezquino del dinero y el bienestar individual sino el deber. Pero no el deber en abstracto —aquel imperativo categórico de origen protestante, estricto, vacío, ahistórico y genérico, que puede ser llenado con cualquier cosa— sino el deber con un contenido sumamente preciso: la justicia, la rebelión contra el capitalismo, los poderosos y los explotadores, el patriotismo, el internacionalismo, el antiimperialismo, la autoestima popular. ¿Cuál es entonces nuestro deber? Pues...“El deber de todo revolucionario es hacer la revolución”, nos aconseja Fidel.

¿Fue distinto el marxismo del Che? ¿Guevara no planteó que la mayor satisfacción posible para una persona revolucionaria no reside jamás en la búsqueda de dinero sino en sentirse pleno y feliz por haber cumplido con el deber social? ¿Quién influyó a quien? ¿El Che a Fidel o Fidel al Che? Probablemente haya habido una influencia mutua y recíproca. Y en el medio de ambos, la ética de José Martí, el rechazo al “hombre mediocre” de José Ingenieros, el humanismo socialista, todos entretejidos en la perspectiva revolucionaria del viejo barbudo Carlitos Marx y su joven continuador con calva, nuestro amigo Lenin. Eso ha sido Fidel. Ese es Fidel.

Quienes nos hemos considerado y nos continuamos considerando fidelistas (“castristas” nos llaman despectivamente nuestros enemigos), guevaristas y mariateguianos, es decir, marxistas latinoamericanos, vemos a Fidel como un maestro. Aprendemos de su historia y de su ejemplo. Llegó a lograr lo que logró no por haberse sometido a la geoestrategia diplomática circunstancial de un Estado sino por haber confiado en las fuerzas de su pueblo y en sus propias fuerzas. Para triunfar en la Revolución Cubana Fidel no sigue las “directivas” de ningún Estado. Privilegia siempre las necesidades de su propio movimiento popular, con una mirada profundamente latinoamericana e internacionalista. Ese es el camino. Esa es la enseñanza de Fidel que nos guía. Ese es nuestro futuro.

La mejor manera de ayudar hoy a la Revolución Cubana es luchar por la revolución antiimperialista y anticapitalista en nuestros propios países. ¡Cuántos le rindieron aplausos una vez que Fidel triunfó pero lo habían insultado cuando sólo era un insurgente y un guerrillero! ¡Cuántos asisten a cócteles y cenas en nombre de Cuba pero en su momento llamaron a Fidel “aventurero”, “putchista”, “foquista”, “militarista” y muchos otros adjetivos destinados a desprestigiar y combatir las herejías revolucionarias!

No tiene sentido cantar loas apologéticas a las glorias del pasado cuando se visita La Habana (o el sol y la playa de Varadero...) mientras en el país propio se defiende a los empresarios y a los banqueros. Resulta insostenible y esquizofrénico emocionarse frente a un retrato de Fidel o con las canciones de Silvio Rodríguez cuando se demoniza, se insulta y se desprecia a los jóvenes rebeldes que actualmente enfrentan a la policía y a los militares.

La mejor solidaridad con Cuba, con su pueblo, con el futuro del socialismo y con Fidel, sigue siendo la lucha popular. Una lucha contra el capitalismo y por el socialismo que no tiene fronteras.

El deber de todo revolucionario es hacer la revolución. Esa es la enseñanza que nos deja Fidel con su ejemplo de vida. ¡Una vida entera dedicada a la revolución! Cuánta razón tenía también Fidel cuando nos dijo: “nuestro campo de batalla abarca todo el mundo”. ¡Qué impactante actualidad!
Fidel renuncia. Todo el mundo habla y opinará de eso. Los poderosos del imperio continuarán denostándolo desde sus multimedios monopólicos mientras los pueblos seguirán queriéndolo y admirándolo. Aunque su voz no aparezca en los noticieros comprados de la televisión. Pero a la larga, esa noticia dejará de ocupar la atención. Lo que permanecerá, a largo plazo, son las enseñanzas de Fidel. Las banderas de su pensamiento político rebelde y su ética revolucionaria inquebrantable. Esa misma que le permitió mantenerse de pie, sin trastabillar, durante medio siglo frente a la potencia más poderosa de la tierra y de la historia.

Continuar, hoy y en el futuro, las enseñanzas de Fidel y del Che. Ese es el gran desafío para las nuevas generaciones. Dentro de Cuba, poniendo toda la fuerza en profundizar la perspectiva socialista y en combatir el regreso al capitalismo. ¡Pero también fuera de Cuba, en las nuevas batallas que vendrán por un mundo más justo y solidario, el mundo socialista!

Fidel tenía razón. Nuestro campo de batalla abarca todo el mundo y nuestro deber es hacer la revolución. ¿Sabremos estar a la altura de ese deber?

Querido comandante, compañero, maestro y hermano Fidel

¡Hasta la victoria siempre!

lunes, 18 de febrero de 2008

El paramilitarismo no se ha acabado

El 6 de marzo saldré a marchar como lo hice el 4 de febrero: en contra de todas las formas de violencia que azotan a este país -no solo en contra del paramilitarismo- y honraré la memoria de todas las víctimas de este conflicto, provengan de donde provengan.

Es probable que eso no sea políticamente correcto en esta Colombia joseobduliesca, que cree a pie juntillas que las únicas marchas que valen la pena son las que refuerzan la tesis gubernamental de que Colombia no vive un conflicto, sino una amenaza militar, que son las Farc, y que una marcha en contra de los paramilitares es una estupidez porque, como nos lo han dicho una y otra vez, estos, los 'paracos', ya no existen desde que este gobierno los desmovilizó con éxito y encarceló a sus máximos jefes.

Nada más falso que esa premisa. El paramilitarismo en el país no se ha acabado. Sigue vivito y coleando, pero transformado en otra monstruosidad: en una mafia regional prácticamente legalizada y aceptada socialmente, que ya no solo se nutre del narcotráfico, sino del erario público, al estilo de la mafia napolitana y siciliana. Es una mafia que ha aprendido a ganar las elecciones, que tiene a senadores que representan sus intereses y que ahora es la gran dueña de los puestos y de los contratos, la misma que lava sus dineros en esas pirámides financieras que hoy se están derrumbando. Una mafia que sobrevivió a la desmovilización y al encarcelamiento de algunos de sus jefes militares debido a que este proceso se hizo de manera incompleta, al dejar intactas las estructuras de poder de esas organizaciones criminales.

Desde luego, tiene sus ventajas: es una mafia que no le incomoda mucho al Gobierno; que no comete masacres, sino asesinatos selectivos, porque, a diferencia de sus antecesores, ya tiene asegurado el control territorial y el poder dentro de las instituciones del Estado que le dejaron los narcoparamilitares, quienes recurrieron a las masacres de campesinos, a las motosierras y al despojo de las tierras para conseguir finalmente el control de territorios que desde el 2000 detentan.

Esa es la misma mafia que anda detrás del cultivo de la palma y de ese embeleco presidencial en que se ha convertido el tema de los proyectos agroindustriales y que se articula de maravilla con ese talante terrateniente que tiene este gobierno a la hora de pensar en los desplazados y en las víctimas del paramilitarismo.

Cuando esta mafia escucha al Ministro de Agricultura decir que la mejor forma de ayudar a los desplazados es dándoles la tierra en encomienda a los ricos que los han desplazado, para que de esa forma los desplazados se conviertan en la mano de obra del encomendero, como si el país hubiera vuelto a los tiempos de las encomiendas y de los siervos sin tierra, se le debe hacer agua la boca. ¿En qué quedó, pregunto yo, esa promesa presidencial del primer gobierno del presidente Uribe de convertir a Colombia en un país de propietarios?

En materia de reparación de las víctimas también el Gobierno está en deuda. La ley de justicia y paz, a pesar de que se quedó corta en sus escenarios, tuvo de positivo que les propuso por primera vez a las víctimas una oportunidad para la reparación. Sin embargo, después de varios años de una aplicación de la ley llena de tropiezos, la situación no es muy halagüeña: las víctimas siguen sin ser reparadas económicamente, los jefes 'paras' siguen con sus fortunas intactas y, según hemos sabido, muchos de ellos están en trance de negociar con los norteamericanos su extradición hacia los Estados Unidos. Una ida de 'Macaco' y 'don Berna' a los Estados Unidos significaría un golpe de gracia para la ley de justicia y paz porque perderíamos hasta la verdad, que es lo único que ha fluido medianamente en este proceso.
Uno puede no salir a marchar el 6 de marzo, como el Gobierno quiere que hagamos. Lo que sí se cae de su peso es que nos traten de convencer de que este monstruo que nos aprisiona, llamado paramilitarismo, ya no existe.
María Jimena Duzán

domingo, 17 de febrero de 2008

DENUNCIA

POR: PEDRO CÁRDENAS
PERIODISTA SOCIAL INDEPENDIENTE
DIRECTOR FUNDADOR REVISTA LA VERDAD Y LA ASOCIACIÓN VIDA PAZ Y DEMOCRACIA.

Este caso sucedió el día tres (03) de octubre de 2007, en la estación de Transmilenio al sur de Bogotá. Aún cuando el final del mismo fue UNA CONCILIACIÓN FORZADA, en esa conciliación, no nos comprometimos a callar y menos renunciar al sagrado derecho de pensar diferente, a no estar de acuerdo, disentir, investigar y denunciar todo lo que consideremos a nuestro juicio esté mal, más en casos como este a todas luces lleno de abuso de autoridad por parte de la policía nacional, que se viene convirtiendo a pasos agigantados, en uno de los entes de represión estatal que más viola los derechos de los ciudadanos y sus libertades, con la anuencia y silencio cómplice de sus máximos jerarcas.

Antecedentes:Es un secreto a voces, que el programa de auxiliares bachilleres que prestan su servicio en Transmilenio, ha sido un fracaso y solo ha servido para que estos niños se crean los súper policías y utilicen el uniforme para cometer atropellos y gancho para enamorar a cuanta chica pasa por estas estaciones. Por no agregar que este programa es el más claro ejemplo de corrupción del estado a favor de un monopolio que debería tener sus propios vigilantes pagos por ellos y no el Estado protegiendo el capital de unos cuantos en nombre de un supuesto servicio público de transporte masivo.

Con ese antecedente hicimos un seguimiento y encontramos que hace unos 20 días aproximadamente, en la estación de la calle 76, cuando un auxiliar detectó a un presunto ladrón, lo golpeó tanto que este reaccionó hiriéndolo con un pico de botella en una clara reacción a una acción indolente, creemos, el auxiliar en lugar de golpear a esta persona debió llamar refuerzos para conducir a este presunto ladrón a una estación de policía y no aplicar justicia por su propia cuenta, olvidando que la policía no está para reprimir, sino para prevenir y no para golpear a infractores.

El tres (03) de octubre de 2007, encontramos a un auxiliar al que desde hace días veníamos haciendo seguimiento por su continua actitud de estar enamorando y no prestar su servicio como debería ser, le tomamos una foto con la cámara de nuestro celular y cuando fue alertado por su “amiga”, con la que ya llevaba mas de 15 minutos hablando, su reacción fue intentar quitarnos el celular por lo que actuamos evitando este atropello.

Acto seguido, al ver fallido su intento de quitarnos el celular, nos impidió abordar un articulado procediendo a llamar refuerzos, alegando que había sido agredido en forma injusta y ocultando en forma solapada la verdad de los hechos en un acto mísero y cobarde propio de los corruptos.
A su llamado llegaron tres unidades, entre ellos un sargento, que quiso sacarnos de la estación con la clara intención de agredirnos, aunque ya lo estaba haciendo en forma psicológica con sus gestos y ademanes.

Lo que comenzó a las once y treinta (11:30) minutos de la mañana, terminó a la una y media de la tarde (13:30) no sin antes haber soportado todo tipo de presiones terminando por conciliar un hecho donde se vio reflejada una retención arbitraria a manera de secuestro simple. Una clara agresión contra la integridad de un periodista para evitar publicar una foto donde un auxiliar estaría incurso en una causal de mala conducta.

Nos tomaron fotos. Nos hicieron videos en una clara intimidación y buscando distraer la atención de la comunidad para que quizá creyera que eramos delincuentes de la más baja calaña.

No fuimos detenidos y conducidos a una estación, gracias a la intervención oportuna de varias organizaciones que fueron alertadas de este atropello, entre ellas; la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, la Fundación para la Libertad de Prensa FLIP, Anpres Colombia, con sede en Ibagué y La Federación Internacional de Periodistas.

No nos golpearon, teniendo que frenar sus impulsos, porque nos comunicamos oportunamente con Derechos humanos de la Policía y Derechos Humanos del Ministerio del interior y de Justicia.
Queda demostrado que en Colombia quien piense diferente y se atreva a intentar denunciar a personas corruptas como este auxiliar y agentes que intervinieron en el caso entre ellos el mencionado sargento, debe calcular muy bien el peligro existente cuando se transita entre LA LIBERTAD DE PRENSA - LAS BOTAS Y LOS FUSILES.

La revista La Verdad, seguirá en la calle, investigando y denunciando, dejando de lado el normal temor de ser perseguido aún por las mismas fuerzas del Estado, cuando tengamos que denunciar sus atropellos.

Advertimos que preferimos ser un medio un tanto irresponsable, a ser un medio arrodillado o timorato o en el peor de los casos vendido, y traicionando al pueblo. Ratificamos nuestro compromiso de ser CORRESPONSALES DEL PUEBLO Y NO CRONISTAS DEL ESTADO. Advertimos que solo nos da miedo, que nos dé miedo. Hacemos claridad que la única persona al menos sensata que intervino en este atropello fue un patrullero de apellido Quiroga y pare de contar.
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