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hecha la palabra....El abismo tenebroso del hombre se hace real, la existencia de un mundo nuestro, la no condena de un mundo animal. KWA

viernes, 16 de noviembre de 2007

EL REY QUE RABIÓ.

POR: MARGARITA LABARCA GODDARD

¡Dios mió, ofendieron a Su Majestad el Rey, qué barbaridad, qué mala educación, un verdadero acto de lesa majestad!. ¿Puede un simple presidente de un país latinoamericano venir a criticar a un ex mandatario español, y otro a unas empresas españolas explotadoras? Claro que no, caballeros, porque a los peninsulares se les ha olvidado que en el siglo XIX nos independizamos de España. Creen que porque ahora hay algunas empresas españolas instaladas A.C., volvimos a la colonia. Aunque no hay que olvidar que en los tiempos actuales, gobiernos, reyes y empresas son tres personas distintas y un solo dios no más: la ganancia. Incluso dicen las malas lenguas que don Juan Carlos es un as de los negocios, y que mantiene una relación "carnal" con la clase empresarial.

¿Supieron que el Rey, también Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Cerdeña, de Córdoba, de Corcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas y Neopatria; Conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol, del Rosellón, y de Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina; etc. etc., etc.? ¿supieron que Only the Lonely, como le llama Javier Marías en su novela "Mañana en la batalla piensa en mi", se paro y se fue de la reunión plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana? Se paro y se sentó en la diferencia, en todos los presidentes latinoamericanos y en doña Michelle, que dirigía la reunión.

Dicen que hasta los periodistas españoles se extrañaron, porque Su Majestad suele ser un caballero muy bien educado. Pero claro, ante sus súbditos un Rey tiene que mantener la dignidad, y la dignidad real se prueba mandando callar a gritos a un presidente latinoamericano que es un indio, aunque sea un indio elegido por su pueblo, no como Su Majestad, que fue elegido por el generalísimo, el mismísimo caudillo, por Franco en persona, nada menos. Y se manifiesta esa dignidad parándose y largándose cuando se le viene en ganas. "Así hay que tratar a estos metecos", piensan los gachupines. "¿Acaso creen que son iguales a nosotros y que tienen derecho a criticar a quien se les ocurra, aunque sea a Aznar? Claro que no, cada uno en su lugar, que los indios, los negros y los metecos se callen, que no sean igualados", como se dice en México.

Yo pienso que en el fondo a Su Majestad le dio tanta rabia porque se acordó que en el siglo XIX los echamos de América Latina a patadas, y que después de la guerra española tuvimos el honor y la suerte de recibir como exiliados a lo más granado de España, intelectuales, artistas, hombres y mujeres de pro, muchos de los cuales todavía permanecen entre nosotros y les reconocemos el derecho a criticar a quien se les ocurra, y los que han muerto son para nosotros paradigmas de la dignidad de España, del mundo en general y de la cultura en particular. Pero ahora el Monarca defiende a las empresas españolas, que no son precisamente paradigmas culturales, sino vulgares explotadoras y sinvergüenzas como cualquier empresa capitalista que se respete, del país que sea. No quiero generalizar, habrá algunas buenas, pero no las conozco.

Se habrá espantado su majestad al ver que el presidente Chávez de Venezuela y el Presidente Ortega, de Nicaragua, mostraban la hojota que llevan bajo los zapatos, porque para los latinoamericanos de bien, mostrar la hojota es mostrar sus raíces y defenderlas defendiendo a sus pueblos. Pero él, Only the Lonely, el Rey de España, Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra y etcétera, etcétera, no mostró la hojota sino la hilacha: la de advenedizo en las practicas democráticas, la de discriminador y colonialista trasnochado, la de un hombre que no acepta las criticas pero se cree autorizado a formular todas las que quiera y de la manera más grosera posible, que es retirarse abruptamente de una reunión de alto nivel. Todos los españoles que vienen a América Latina, incluso el Rey, repiten una frase: "Mayor seguridad jurídica para los capitales extranjeros". Eso si, no hablan de seguridad jurídica para los trabajadores que laboran para esos capitalistas. Y nuestros presidentes latinoamericanos tienen el derecho y la obligación de defender a esos trabajadores.

Cuando, por obra de las Cortes de la dictadura, Juan Carlos fue coronado rey de España, apenas contaba con un modesto patrimonio. Treinta años después, según publicaciones especializadas en estos temas, el rey español es uno de los monarcas más ricos de Europa. ¿Que habilidad ha permitido que ocupe hoy el puesto 134 en la lista de las mayores fortunas del planeta? Posiblemente nunca lo sabremos. Pero hay una cosa clara ¡Vaya que rabió el rey en esta XVII Cumbre Iberoamericana! Pues que se vaya tomando un tranquilizante, porque la posición de la mayoría de Latinoamérica no va a cambiar.

* Abogada. Reside en México.

Jesús va en Rolls-Royce a la iglesia del reverendo Dólar.

En un movimiento político algo inusual, el senador republicano por Iowa, Charles Grassley, ha iniciado una investigación sobre posibles malas prácticas económicas de los mayores tele evangelistas de Estados Unidos. De ahí se ha derivado al cuestionamiento sobre una práctica común en la mayoría de los países del continente: las iglesias están eximidas de pagar impuestos, mientras sus líderes, pastores y empresarios se vuelven cada día más ricos. Esta práctica de privilegio para las iglesias se ampara, en Estados Unidos y en América Latina, bajo el aceptado principio de libertad de religión. No está claro, sin embargo, por qué el pago de impuestos por parte de una iglesia podría significar un ataque a la libertad de culto. La prescripción de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios no corre en estos casos.

En una reciente entrevista en vivo por CNN (7 de noviembre), Kyra Phillips y Don Lemon cuestionaron a nuestro vecino de College Park de Georgia, el multimillonario reverendo Creflo Dollar, por poseer dos Rolls-Royces, jets privados, casas y apartamentos de varios millones de dólares cada uno, además de una iglesia multimillonaria enriquecida por las donaciones de ricos y pobres, muchos de ellos con serias dificultades económicas.

Estos ministerios califican como iglesias y no están obligados a llenar declaraciones de impuestos como sí deben hacerlo otras "non-profit organizations" (organizaciones sin fines de lucro). La tradición de justificar las riquezas materiales mientras se predica el desprendimiento de lo mundano para la salvación del alma es muy antigua. La Iglesia católica —con excepciones, como los teólogos de la liberación y otros "curas de barrio"— ha sido, desde hace mucho tiempo, especialista en la materia. En el caso de las mega iglesias protestantes, además de una práctica empresarial, la tradición está apoyada por la ética calvinista: la riqueza no es un obstáculo para entrar al Paraíso sino una prueba de las preferencias de Dios que ha resuelto castigar a los pobres por su pobreza. Este aspecto teológico es muy semejante al karma hindú y sus resultados sociales también: la moral de la casta alta es consumida, principalmente, por las castas más bajas. En todo caso, los pobres sirven para que los ricos ejerzan su compasión.

Uno de los periodistas de Atlanta le recordó al reverendo Dólar la recomendación que hiciera Jesús al joven rico que fue a pedirle consejo, de desprenderse de sus bienes materiales para entrar al Reino de los cielos. Recomendación que terminó con la tristeza del hombre rico y la observación del Maestro sobre la dificultad que podía tener para entrar al Cielo, como la de un camello que quisiera pasar por el ojo de una aguja. No obstante, el reverendo Dólar razonó que si eso fuese exactamente así, ningún rico podría entrar al Paraíso. De este razonamiento se deduce que el Mesías debía estar bromeando o tal vez exageraba un poco. Está bien que el Hijo de Dios haya bajado a la tierra con un montón de utopías subversivas, pero tampoco era para tanto. Con la realidad no se puede.

Citando artículo y versículo correspondiente, el reverendo recordó que, en realidad, Jesús había dicho que por cada cosa que uno se desprenda iba a recibir un premio multiplicado varias veces. Algunos pensamos que Jesús se refería a un premio moral o al Reino de los Cielos; no al Reino del Dinero. Pero siempre es tiempo de aprender. Por esta nueva razón teológica, la riqueza de un hombre con fe significa que ha sido premiado por el Cielo por su hábito de desprenderse generosamente de una parte de sus posesiones. No otra es la lógica de la Bolsa de valores: quien invierte, se desprende de algo para multiplicarlo. Ningún empresario razonable espera invertir un dólar en Wall Street, en Amsterdam o en Shanghai y recibir un beso o el ascenso espiritual del que hablaba el Buda. Se espera recibir más de lo mismo.

En el siglo XVI invertir en indulgencias significaba que por unos cuantos florines de oro un violador podía obtener el perdón del Vaticano y, consecuentemente, el perdón de Dios. Más antiguo, y todavía en curso, es el lavado de la conciencia con el buen uso de la limosna. La institución de la limosna es fundamental, porque el desprendimiento debe ser voluntario y sin comprometer las ganancias. Como dicen muchos conservadores religiosos por televisión, con su eterna ansiedad proselitista, sólo así, por un acto de voluntad, se prueba la bondad del donante. Si la bondad pasa por el Estado, mediante el compulsivo cobro de impuestos a los ricos, Dios no puede distinguir los buenos de los malos. Tampoco puede Dios recibir en el Paraíso a toda la Humanidad. El Paraíso es un resort VIP con acceso limitado, no un derecho democrático.
Algunas iglesias, incluso, han definido el número exacto de miembros posibles. Como si en el día de la creación de la Humanidad, Dios se hubiese divertido imaginando un Infierno eterno donde arderían sus pequeñas creaciones, para regocijo de sus pocos preferidos que contemplarían desde las alturas semejante espectáculo de tortura colectiva o, peor, dando vuelta la cara al horrible destino de sus hermanos. No vamos a decir que necesitamos un Dios más humanista, porque no vamos a decirle a Dios lo que tiene que hacer. Pero no haría mal una lectura más humanista de las Sagradas Escrituras para dejar de atribuirle a Dios conductas tan sectarias, elitistas y materialistas.

El mexicano José Vasconcelos, fervoroso opositor de la hegemonía norteamericana, recordó en La raza cósmica (1925) una fiesta diplomática en Brasil: "Contrastó visiblemente la pobreza de la recepción americana con el lujo de otras recepciones; pero en honor a la verdad, a mí me parece admirable y digno de imitación el proceder yanqui, pues no tienen los Gobiernos el derecho de hacer derroches con el dinero del pueblo". Sin embargo, así como Estados Unidos había sido fundado por revolucionarios que se oponían a la tradición monárquica y religiosa de Europa y ahora se identifica con los valores opuestos del conservadurismo ortodoxo, así también el original espíritu "republicano" que fue sinónimo de austeridad y democracia hoy representa la ostentación y el elitismo. Así también el cristianismo primitivo fue todo lo contrario al hoy triunfante cristianismo del emperador (San) Constantino. Casi al final de la entrevista, el periodista le preguntó si pensaba que Jesús hubiese andado en un Rolls Royce, a lo que el reverendo Dólar contestó, con calma, algo así como: "Pienso que sí. ¿Por qué no? El Señor anduvo en un burro en el que ningún otro hombre antes había andado".

Dejo al lector que descubra la lógica de este reverendo razonamiento teológico.
Jorge Majfud
The University of Georgia

miércoles, 14 de noviembre de 2007

EL WATERLOO DEL REY.

Las paredes, la distancia y el tiempo se redujeron a cero. Parecía irreal. Nunca había tenido lugar un diálogo parecido entre Jefes de Estado y de Gobierno, que en casi su totalidad representaban países saqueados durante siglos por el coloniaje y el imperialismo. Ningún hecho podía ser más didáctico. El sábado 10 de noviembre de 2007 pasará a la historia de nuestra América como el día de la verdad. El Waterloo ideológico ocurrió cuando el Rey de España le preguntó a Chávez de forma abrupta: “¿Por qué no te callas?” En ese instante todos los corazones de América Latina vibraron. El pueblo venezolano, que debe responder sí o no el próximo 2 de diciembre, se estremeció al vivir de nuevo los días gloriosos de Bolívar. Las traiciones y los golpes bajos que recibe diariamente nuestro entrañable hermano, no harán cambiar ese sentimiento de su pueblo bolivariano.

Al llegar Chávez al aeropuerto de Caracas, procedente de Chile, y escuchar directamente de su boca los planes de mezclarse con las multitudes, como lo ha hecho tantas veces, comprendí con absoluta claridad que, dadas las circunstancias actuales y la victoria ideológica de gran trascendencia obtenida por él, un asesino a sueldo del imperio, un oligarca envilecido por los reflejos que sembró la maquinaria de publicidad imperial, o un perturbado mental, podrían poner fin a su vida. Es imposible apartarse de la impresión de que el imperio y la oligarquía se esmeran por conducir a Chávez a un callejón sin salida poniéndolo fácilmente al alcance de un disparo.

En el caso de Venezuela, la victoria no se debe convertir en terrible revés sino en victoria mucho mayor, para evitar que el imperialismo conduzca al suicidio a nuestra especie. Hay que seguir luchando y corriendo riesgos, pero no jugar todos los días a la ruleta rusa o al cara o cruz de una moneda. Nadie escapa de los cálculos matemáticos. En tales circunstancias deben usarse preferiblemente los medios modernos de comunicación que transmitieron al mundo en vivo y en directo los debates de la cumbre.

Fidel Castro Ruz.

lunes, 12 de noviembre de 2007

EN LAS ALTAS ESFERAS PRIMA EL OCULTAMIENTO SOBRE LOS NEGOCIO...

Oficina de Prensa Senador Jorge Enrique Robledo
Bogotá, noviembre 9 de 2007.

“El país ignora por completo lo que está pasando con la gran minería, hoy en manos del capital foráneo”, afirmó el senador Jorge Enrique Robledo al hacer un llamado a investigadores y universidades a ahondar en la problemática del carbón, durante el foro “La inversión extranjera en Colombia: mitos y realidades”, convocado en el Capitolio por el representante Wilson Borja, del Polo Democrático Alternativo.

En el alto gobierno, dijo Robledo, se advierte un interés en ocultar las cifras y la realidad de los contratos celebrados con las trasnacionales. Estudiarlas a fondo se torna así apremiante, pues hay aspectos muy sospechosos y los llamados “tanques de pensamiento” no están investigando sobre el tema, hecho que el senador del Polo calificó de irresponsable. “Me impresiona la ignorancia casi absoluta que el país tiene sobre un asunto tan vital para nuestra soberanía”.
Para citar un solo caso, la DIAN sigue negándose a informarle al Senado cuál es el monto real de los impuestos que pagan hoy las multinacionales del carbón, una vez descontadas las generosas exenciones que les han concedido tanto el actual gobierno como los anteriores. Los expertos calculan que lo realmente tributado por los consorcios extranjeros es una suma ridículamente pequeña. No quedaría mal, planteó Robledo, que el Cerrejón, la Glencore, la Drummond y demás compañías pagaran en Colombia los mismos impuestos a que están obligadas en Inglaterra, Suiza y Norteamérica.

El ocultamiento es también mayúsculo en el campo de la auditoría. Tan precario es el auditaje que ejerce la Nación sobre cada uno de los contratos celebrados con las trasnacionales, que esta es la hora en que no existe control alguno sobre el precio final de venta.

¿Y sabe acaso el país que la Quedahda, subsidiaria de la Anglogold Ashanti, la tercera mayor trasnacional aurífera del mundo, está intentando controlar el subsuelo de cuatro y medio millones de hectáreas, pertenecientes a 21 departamentos? “Conocer los contratos al derecho y al revés es un asunto de soberanía”, concluyó el senador del Polo.