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hecha la palabra....El abismo tenebroso del hombre se hace real, la existencia de un mundo nuestro, la no condena de un mundo animal. KWA

martes, 31 de julio de 2007

La política en la universidad

La teoría política es una de los innumerables legados intelectuales que los filósofos de la antigua Grecia han dejado para la humanidad, hombres como Platón y Aristóteles construyeron los cimientos teóricos de esta ciencia. Sin embargo y tomando en cuenta las concepciones esenciales de estos pensadores, “la política” es un fenómeno que antecede por mucho la formación de las primeras escuelas filosóficas griegas y emerge obedeciendo al principio de “la política no nace del hombre, nace entre los hombres”; esto nos lleva a considerar la sociedad (hecho natural al hombre) como su punto de partida.

Es entonces la política compañera indesligable de la sociedad, que surge para establecer principios de orden social, buscando el funcionamiento – en utopía, armonioso y equitativo- de los grupos humanos, pugnando por evitar los daños y mantener la vida en sus integrantes; al respecto de esto y siguiendo con las reflexiones de los sabios griegos, Aristóteles cita en su libro “la política” que ésta “pertenece al campo de las ciencias prácticas que buscan el bienestar del hombre en su vida en sociedad”, lo cual, redondea la idea y cuestión de la practica política, pero al enlazarla con la realidad se confunde entre los miserables intereses de algunos individuos, que solo miran el bienestar propio y el momento, y no tienen en cuenta el general y lo sostenible.
Esto se articula fielmente con el actual estado de la sociedad universitaria en Unillanos, entonces, para analizar más a fondo nos preguntamos: ¿existe una práctica política en la comunidad estudiantil?; para responder a esto, habrá que reflexionar sobre las condiciones circunstánciales y fenomenológicas necesarias para la práctica política; de esta manera decimos que: existe un espacio definido que los reúne (universidad), una denominación común que establece un vinculo entre los diversos individuos que integran la comunidad (estudiantes de la Universidad de los Llanos), y por ultimo objetivos comunes; (que definen en gran parte la práctica política) estas circunstancias responden efectivamente a un modelo de sociedad, recordemos entonces -como dijimos anteriormente- que la sociedad se sirve como punto de partida de la política.

De esta manera es innegable que una práctica política (como por ejemplo el ejercicio de la votación, o aun, algo más simple, cuadrar un cruce de horarios) se hace presente en la comunidad estudiantil sentando “principios de orden social” que aseguran la consecución de los objetivos de su funcionamiento. Sin embargo esta práctica política es efímera e insuficiente respondiendo al tacaño y mezquino objetivo que la empuja ¡conseguir un cartón! por encima de lo que sea, inclusive de la calidad ética y académica; para mayor claridad y para evitar ridículas suspicacias, (entonces ¿para qué venimos a la universidad?) hay que decir que conseguir un titulo, y por consiguiente hacerse profesional es un objetivo totalmente valido para cualquier estudiante, pero es egoísta y si se quiere retrogrado cuando se convierte en el “único objetivo”, sin reparar en la ética ni en la calidad del proceso de consecución, es una actitud huraña cuando olvida la responsabilidad social que recae sobre los estudiantes de la universidad pública, cuando se llega al punto de no importar lo que pase con los otros compañeros, con la infraestructura física y humana de la universidad, con el funcionamiento académico, cultural y administrativo de la misma. Es este un grado de desinteligencia, insensatez e ingenuidad muy severo, que olvida o que seguramente no entiende que todas las situaciones anteriormente descritas juegan un rol fundamental en la calidad y seguridad de la formación universitaria pública.

En síntesis, es esta una práctica política limitada, expresión típica de los limitados intereses y las limitadas expectativas que impregnan la actuación cotidiana de los estudiantes, desembocando este fenómeno en el rampante ¡importaculismo!, dejando como consecuencias problemas administrativos, académicos, de recursos y hoy por hoy uno de los mas notorios y puntuales, la desaparición del CSE, siendo éste el organismo y el espacio principal para hacer debate y por tanto política entre los estudiantes.

Bajo lo anterior, se vislumbra un paisaje desolador que no deja ver mas que una desorganización, que se refleja en el ámbito de la academia y en la desarticulación de los verdaderos protagonistas de la universidad (los estudiantes).

Ante tal panorama político, nunca se podrá asegurar en lo mas mínimo la calidad de los procesos de formación, la academia seguirá en declive mientras los ¡dizque estudiantes! de la universidad sigan asistiendo a ella tan sólo para calentar puesto, por tanto un cambio benéfico de ésta situación sólo se dará a medida que los estudiantes comprendamos nuestra formación universitaria mas allá de un titulo y nos activemos en función de la “calidad”, desde lo individual con la sana ambición de ser, antes que un ente con titulo, un integro y buen humano profesional, mirando más allá de los limites del aula, trascendiendo a la interdisciplinariedad; y desde lo colectivo configurando una praxis política que mantenga o en este caso que exija y luche por mejores condiciones de organización y convivencia dentro de la misma comunidad estudiantil y al mismo tiempo por la optimización de los procesos académicos y administrativos de la universidad, esa si seria una real práctica política.

Jorge Clavijo
Andrés Liz Motta

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